APRENDENDO
PARA UN
MUNDO MELLOR
Tuvimos mucha suerte con el tiempo por que, aparte del aire fresco del anochecer, despejó totalmente y el cielo quedó muy limpio. Primero realizamos unas explicaciones muy básicas acerca de la observación astronómica, y de lo que podríamos llegar a ver luego en el exterior. Puntos cardinales básicos, plansiferios de papel, mapas celestes para computador... hasta las modernas aplicaciones para smartphone que permiten ubicar en tiempo real y 3D los objetos celestes. Hubo un poco de todo. Los mas pequeños pudieron ver perfectamente el creciente de la Luna, aún con las últimas luces de la tarde. Y justo encima el planeta Júpiter apenas un rato después. Conforme iba bajando la luz, comenzaron a despuntar las estrellas y planetas mas brillantes: Marte y Saturno. todos ellos apreciables a simple vista. Avistar Mercurio nos llevo un poco mas de tiempo, con ayuda de los prismáticos, pero una vez localizado, llegó a poderse ver también a simple vista. No es fácil ver Mercurio, debido a su proximidad al Sol. Así que ayer tuvimos mucha suerte, por que incluso la banda de nubes que cubría el horizonte hacia el Oeste se fue retirando poco a poco. Ya de noche con el cielo lleno de estrellas, identificamos las principales constelaciones y aprendimos a localizar también la estrella Polar. En esas estábamos cuando la estación espacial internacional, la ISS, con su brillo característico, nos sorprendió a todos atravesando el firmamento. La mayoría de las observaciones las realizamos a simple vista, para adiestra la visión y coger soltura. Complementándolas con el uso de prismáticos y catalejos disponibles. Luego fuimos viendo por turnos, a través del telescopio de Valentín, el planeta Júpiter y sus principales satélites casi casi al alcance de la mano. Estábamos muy pendientes de que el tiempo mejorase para tener ocasión de realizar una actividad de observación aceptable. Pero finalmente todas las variables cuadraron muy bien, y tuvimos ocasión de aprovechar muy bien la actividad viendo muchas cosas. Incluso la hierba cortada y seca que cubría el suelo a modo de paja, resultaba agradable para ponerse de rodillas o simplemente tumbarse en el suelo para disfrutar a placer del espectáculo del firmamento.
Javier Moldes - Radioaficionados de Ourense