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La Voz de Galicia entrevista á nosa compañeira María del Carmen Rey

Carmen Rey
XOAN A. SOLER

JOEL GÓMEZ 
SANTIAGO / LA VOZ 20/03/2019 05:00 H

El IES Xelmírez II desmonta esta semana la exposición Santiago 1936, que permaneció en su vestíbulo durante las últimas semanas. Es un trabajo del grupo de investigación Histagra, de la Facultade de Historia, que se mostró por vez primera fuera de un espacio expositivo. «La utilizamos en Filosofía, Historia, Valores éticos y otras disciplinas. El alumnado no es consciente de lo que sucedió en 1936 y lo que significó; por eso les pedimos que dejen sus impresiones», explica María del Carmen Rey, docente del instituto.La exposición, dice, «se ciñe a Santiago. Ofrece un nuevo relato sobre el golpe de Estado y la dictadura posterior. Lo que se puede ver a través de documentación de periódicos de la época, y otros textos e imágenes, es que aquí había un Estado como en el resto de Europa, con los mismos problemas y tensiones. Santiago era una ciudad relativamente tranquila, con una convivencia normal, no era un caos; era una ciudad universitaria a la que venía mucha gente, pues entonces en España había, por ejemplo, pocas facultades de Medicina y la USC atraía estudiantado de fuera. Yo soy uruguaya y me llamó mucho la atención la equivalencia de República con caos, que solo escuché al llegar aquí; fue sorprendente», manifiesta. En la muestra pueden observarse gráficos de las votaciones de entonces: «Se ve como cada gobierno que convocaba las elecciones las perdía. Y eso es una democracia», agrega. Para esta profesora, lo más relevante es que «se ve como en Galicia no hubo una guerra civil, sino un golpe de Estado. En Santiago, Ánxel Casal se fue para Arzúa, y otras personas de la corporación municipal también se fueron. Quien le entregó la llave del Ayuntamiento a los militares sublevados fue un conserje; aquí no hubo guerra civil, como en otros lugares de España: hubo golpe de Estado y rendición. Y a pesar de ello hubo matanzas, represión y fosas comunes. Si no hubo guerra civil en Galicia, ¿cómo hay fosas?, me pregunto. Este trabajo de Histagra es algo nuevo», dice. Enfatiza como «se muestra un bando de los primeros días, que se firma en nombre de la autoridad; no lo hace en su nombre el militar que mandaba. Porque la autoridad estaba encarcelada.Se ve que la estructura de poder, que es ilegítimo y que no surge de una guerra, sino de una rendición; que se forja entre agosto y septiembre, desemboca en el terror que se llena de fosas, de paseos, muertos en cunetas y del silencio del que hoy somos herederos. El discurso de que se pueden equiparar los bandos, aquí no es verdad. En los días del golpe de Estado, aquí se metieron en la cárcel, un poco preventivamente, por lo difícil que estaba la situación, a algunos falangistas, y salieron vivos. Pero los que entraron en la Falcona [la cárcel del Ayuntamiento] después de que ya se habían entregado las llaves de la ciudad, tuvieron peor suerte y muchos fueron paseados». María del Carmen insiste en que «el instituto está muy agradecido al grupo Histagra por la oportunidad de haber sido los primeros en utilizar esta muestra para el alumnado, nos facilitaron todo. En esta exposición aprendimos mucho». También sobre la propia historia del centro, que tiene su origen en la escuela de sordomudos, situada en 1936 en San Caetano, que se convertiría en cuartel militar y años más tarde albergaría el Instituto Gelmírez, del que surgieron los Xelmírez II y Xelmírez I actuales, pues aquellas dependencias las ocupan ahora los edificios administrativos de la Xunta.

Esta muestra es un nuevo acercamiento del Xelmírez II al entorno científico y universitario. Mañana reciben a Xurxo Mariño y dentro de unos días a Marcelino Agís, decano de Filosofía.

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