Verano 1966
Cuando me extiendo junto al mar, existe el agua y su palpitación y un cielo azul cuya profundidad es demasiado grande para mí.
Sentir el mar, su lentitud viviente, es la magnificencia y el olvido, pero sentir la vida de los camaradas es ser el camarada de uno mismo.
El cielo inmóvil tiene su razón, lo sé, pero la razón que hay en nosotros existirá aún cuando este cielo haya sido borrado por el viento y el frío.
Antonio Gamoneda (1931-)
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