El amor en el jardín de las fieras
de Juan Eslava Galán
Novela protagonizada por Herminio Cáiser, descendente dos alemáns cos que Carlos III repoboou Sierra Morena, que tras a Guerra Civil, onde se converte en heroe republicano, acaba en Berlín como semental dos nazis nunha casa berce ( libenborn). A historia desenvólvese nos anos 40 e parte dun feito histórico: a viaxe de Himmler a España en 1940, entre outras cousas, para visitar unhas escavacións en Segovia onde se acharon uns restos visigodos que apoiaban as súas teses de que a raza aria protagonizou os momentos máis brillantes da historia da humanidade. Cáiser, é trasladado a Berlín en compañía de Cayetano, un mozo falanxista encargado de vixialo. Alí xorde a amizade entre ambos e Cáiser coñece a unha moza xudía, da que se namora, vese envolto nunha perigosa trama de espionaxe e acaba enrolado na singular Unidade de Esquiadores da División Azul.
…Mientras disfrutaba del baño caliente en una habitación llena de vapor, meditó sobre el alcance de la reciente reunión de Franco con Hitler. ¿Iba España a participar en la guerra? La familia de Cayetano era monárquica por tradición. Su madre, sus hermanos y sus tíos anhelaban el regreso de don Alfonso XIII, cuyo retrato al óleo presidía la biblioteca y cuyas fotografías dedicadas podían encontrarse en distintas estancias de la casa. Cayetano era el garbanzo negro de la familia, aunque doña Petronila, la marquesa viuda, se lo toleraba porque era su favorito, el benjamín de la estirpe. Los hermanos, no tanto. Cayetano se había convertido al fascismo nacional proletario durante los tres años que vivió en contacto con falangistas refugiados en la embajada de Francia, entre ellos el arqueólogo Santa-Olalla. Doña Petronila se lo tomaba como una rareza más de la rama extravagante de la familia. Probablemente salía al tío Teodoro, un familiar un poco tronado que solo vivió para las reses bravas, las motocicletas y las queridas. Por eso doña Petronila movió influencias para que le consiguieran un puesto en la embajada de España en Berlín. Por lo menos, se consolaba cuando tomaba el té con sus amigas, “así lo alejó de Madrid para quitarlo de perseguir criaditas y modistillas o, lo que es peor andar por ahí con esa gentuza de la Falange que empieza con el cara al sol por la mañana y termina con el Asturias patria querida con las pelandruscas del Chicote”
Cayetano salió del baño, se secó vigorosamente con la toalla puesta a calentar en el toallero de la estufa y se vistió con el uniforme falangista, botas y correaje lustrosos, y la camisa azul recién planchada, aunque con el cuello sin almidonar, detalle importante para subrayar la vocación popular y proletaria del Movimiento.
Bajó a la cocina. Tomó un último café sin sentarse y antes de marchar subió a darle un beso a doña Petronila.
¡Ay hijo, cuando te veo vestido de fantoche! -Suspiró doña Cayetana-. No olvides el abrigo, que hace frío.
Cáiser y Ramírez aguardaban en el vestíbulo de la jefatura de la Falange. Ramírez hizo las presentaciones y en un aparte le encomendó a Cayetano que no perdiera de vista a su tutelado.
Bueno, Herminio- dijo Cayetano cuando Ramírez se despidió dejándolos solos-, si te parece vamos al cuartel paseando.
-Por mí, estupendo.
Se había despejado la niebla matinal y había salido el sol. La conversación recayó sobre el Atlético-Aviación Club del que los dos eran hinchas. El Atlético iba imparable, incluso oscureciendo al Real Madrid. Hacía tan solo unos días había batido por siete goles a uno al Español en el estadio de Vallecas.
-¿Cómo estás tan enterado?-preguntó Cáiser-.¿No estabas en Alemania?
-Sí, pero allí recibimos puntualmente el Marca por valija diplomática. Es lo primero que leemos, antes que el Boletín Oficial del Estado.
Rieron los dos de buena gana.
La común afición al fútbol ayudó a superar los mutuos recelos. A Cayetano no le pareció que Cáiser encajara con la imagen del miliciano inculto y sanguinario que la propaganda franquista divulgaba, los que aparecían en los dibujos de Sáez de Tejada. Quizá solo fue uno de los muchachos descaminados que habían hecho la guerra con la República y ahora pagaban las consecuencias de su error.
No te puedes presentar en Alemania vestido como un obrero -le comentó Cayetano subiendo por la Gran Vía-. A los alemanes hay que demostrarles que somos alguien, que aunque sean buenos camaradas se lo tienen muy creído. Bueno, motivos no les faltan. Se han merendado Francia en cinco semanas.
En diversos comercios del centro de Madrid adquirieron una maleta y renovaron el vestuario de Cáiser por cuenta de la jefatura de Falange: ropa interior, camisas, un terno de buen paño, gabardina, abrigo y sombrero.
Bueno, ya hemos terminado la faena que teníamos para hoy -dijo Cayetano-. ¿Te apetece un café? Invito yo.
En el antiguo café Fuyma, frecuentado por militares y toreros, tomaron asiento en un velador con tapa de mármol. Un camarero delgado. Patillas de boca de hacha y mandil ceñido acudió solícito.
-Para mí un café solo, que sea del bueno, ¿eh? ¿Y tú que tomas?
Cáiser pidió una gaseosa.
-Con eso no te vas a emborrachar -bromeó Cayetano-. No te cortes, hombre, que paga la Falange.
El aristócrata extrajo del bolsillo interior de la chaqueta una pitillera dorada con las armas familiares grabadas en la tapa y ofreció un pitillo que Cáiser rechazó:
-Gracias. No fumo. (pp 44-46)
Sobre o autor.-
ESLAVA GALÁN, Juan é un escritor español do xénero histórico, tanto de ficción como de non ficción. Publicou algunhas novelas baixo o pseudónimo de Nicholas Wilcox. A súa bibliografía comprende máis de cincuenta libros e ensaios, entre os que destacan as súas moi irónicas Historia de España contada para escépticos e El catolicismo explicado a las ovejas. Na nosa biblio podes atopar: Los falsos peregrinos, Una historia de toma pan y moja: los españoles comiendo (y ayunando) a través de los tiempos, La madre del cordero : curiosidades y secretos de la simbología cristiana ou La Biblia contada para escépticos ademais de El amor en el jardín de las fieras.