Tren de ida y vuelta de Mariano VARA
Sinopsis
El gran poeta Miguel Hernández (Orihuela, 1910 - Alicante, 1942) estaba destinado a ser cabrero, como su padre y su hermano, y como muchos otros muchachos humildes de su época. Pero el amor por la cultura y los escritores con los que trabó amistad le hicieron conocer un mundo nuevo con el que se comprometió, dejándose llevar por los vientos del pueblo y la libertad. Así, el cabrero se convirtió en escritor –cada vez más valorado–, hasta que una guerra cruel se interpuso en su camino. Tren de ida y vuelta novela la vida de Miguel Hernández, un relato que él no pudo escribir, y nos transmite los detalles desgarradores de una historia emocionante y llena de humanidad.
Diez horas, veinte horas... Un día, dos días... Cuando tienes la certeza de que vas a morir solo te quedan los recuerdos y un puñado de lágrimas.
El oficial al que han asignado mi defensa acaba de salir de la celda, después de repetirme una y otra vez que no conseguirá ablandar al tribunal si no reniego de mi pasado.
Con estos dos potentes párrafos comienza Tren de ida y vuelta, una especial y singular novela que consigue meternos de lleno en la piel del poeta Miguel Hernández y que nos permite vivir en nuestras propias carnes uno de los periodos más tétricos y cruentos de la historia de España, la Guerra Civil.
La vida de Miguel nunca fue fácil. Nacido en el seno de una familia cabrera, su destino parecía estar ya marcado desde su nacimiento, hasta que cambió las cabras y el campo por los libros y la poesía. Tren de ida y vuelta es un libro que recoge el itinerario vital de Miguel Hernández, los sinsabores que tuvo que pasar hasta hacerse con un nombre y por los que pasaría ya con él durante la Guerra Civil.
Una lectura obligatoria que acabó siendo una lectura por placer
Aun tratándose de una biografía, no llegamos a tener la impresión de estar leyendo una (ya que solemos asociar las novelas biográficas con lecturas pesadas y tediosas, que nos recuerdan más a esas tardes estudiando literatura, que a esas otras disfrutando de una buena lectura ). Pero esa sensación no debe hacer que pongamos en duda la veracidad de lo relatado en la novela, pues esta es fiel a los hechos acontecidos en la vida del autor (aun tratándose de una biografía novelada).
La narración en primera persona (junto a la prosa de Mariano Vara) es el factor o si no uno de los factores más importantes que hace que no nos despeguemos de las páginas de la novela y que nos permite meternos de lleno en la lectura y en la piel del poeta oriolano, provocando que a medida que avanza la historia empaticemos cada vez más con M. Hernández, haciendo que gocemos y suframos junto a él, desde su humilde principio hasta su dramático final, que no dejará indiferente a nadie.
Puntos destacados
El emotivo final y epílogo.
Puntos criticables
El único aspecto criticable es la lentitud con la que se desarrolla la historia al comienzo de la novela y la gran cantidad de personajes que hay en la obra, pero esto es totalmente comprensible ya que esos personajes secundarios forman parte de diferentes relatos que nos ayudan a entender mejor la situación del lírico.
Una vez terminada la lectura de Tren de ida y vuelta seremos capaces de entender mejor a Miguel Hernández y adquiriremos una nueva perspectiva sobre la poesía del autor, y lo que, por ejemplo, antes solo eran doce estrofas en las que podíamos apreciar la alternancia de versos de siete y de cinco sílabas e identificar metáforas, anáforas e hipérbatos, se convierte en un poema sinceramente desgarrador que Miguel H. dedica a su hijo, a raíz de recibir una carta de su mujer en la que le decía que no comía más que pan y cebolla.
Este libro nos enseña que al conocer la vida de un autor seremos capaces de interpretar mejor su obra y apreciar detalles que no percibiríamos sin conocerla llegando a la esencia y verdadero significado del poema o relato, ya que al fin y al cabo la vida del escritor siempre se va a ver reflejada en su obra.
Tren de ida y vuelta nos demuestra que no solo las historias ficticias pueden ser entretenidas y que los autores que ahora estudiamos con tan pocas ganas no se limitan solo a un nombre, un apellido y dos obras, ya que cada vida es una historia y muchas merecen la pena ser contadas, y la de Miguel Hernández está entre ellas.
Berta Ballesteros González, 4º C