UNA DULCE HERENCIA
En sus últimos días, Demócrito decidió prescindir del alimento cotidiano para no prolongar más su vejez y alcanzar la eutanasia (“buena muerte”), es decir, una muerte sin sufrimiento.
Pero se acercaban las Tesmoforias, las fiestas dedicadas a la diosa Ceres, y su hermana y las mujeres de su casa le suplicaron que no muriera durante esos días para que ellas pudieran celebrarlas a gusto.
Demócrito accedió, y ordenó que le sirvieran panes calientes, pero no los comió, sino que le bastó con olerlos para resistir durante los tres días festivos.
Otra versión afirma que no fueron panes, sino un cuenco con miel. Tras la festividad, sus discípulos retiraron los panes y el anciano pudo cumplir su deseo.