Ya pasó un mes y parece que pasaron solo 2 días desde que llegué aquí. Este mes seguí las prácticas como asistente personal en el mismo domicilio, sigo haciendo lo mismo y la relación con el usuario es cada vez mejor. Los días que hace sol nos ponemos a hacer jardinería fuera o a preparar el invernadero.
O también vamos a pasear a los perros a Ballyseedy Woods, donde se encuentra el castillo de Balleseede (ahora hotel) sobre el que cuenta la leyenda que se pasea por él el fantasma de Hilda Blennerhasset, antigua dueña del castillo. Esta leyenda está profundamente enlazada con la historia de la rosa. En el 1500 la propiedad del castillo era de Edward Denny, quien alquiló la propiedad a los Blennerhasset antes de que construyeran su casa en el sitio. El castillo era conocido por su colección de rosas que producía grandes flores perfumadas. Se dice que en diferentes épocas del año, en la escalera principal, llega un olor muy fuerte a rosas, aunque no haya rosas alrededor. Es un espeluznante anuncio aromático que precede la aparición del fantasma de Hilda, aunque también se dice ver las espíritus de los niños vestidos con ropa de época. Describe la leyenda que en el día del solsticio de verano, el 21 de Junio, el pago de una sola rosa roja se cambiaría como renta de la tierra por el castillo. Ahora el bosque está lleno de estatuas o adornos puestos por los visitantes, lo que le da un toque 'mágico'.
Al principio del mes hubo una semana-semana y media de sol (con lluvias intermitentes, obviamente), lo que me pareció raro ya que llevaban avisandome con antelación de que llevase ropa de abrigo y sobretodo chubasquero
pero según fue pasando el mes ya entendí mejor el por qué: Dos semanas lloviendo, con un viento que podría llevarme a España de vuelta sin problema con soles intermitentes que te engañan para que salgas de casa sin chubasquero para que a los 10 minutos de salir tengas que
volver a por él.
Este mes también me apunté a clases de Muay thai en un club de lucha que hay en Tralee, para pasar el rato por la tarde-noche, lo que me da una excusa para poder cenar más tarde (sobre las 10), ya que aquí cenamos a las siete de la tarde
y me fui de paseo un poco más lejos para ver algo más que el centro del pueblo. Fui a un parque natural donde hay un lago gigante lleno de patos y cisnes, por el que puedes navegar sobre una barca a pedales, a parte de poder hacer escalada, tomar algo en la cafetería del parque o tener visitas guiadas.
Y llendome un poco más lejos llegué a Blennerville, para ver el molino blanco característico del pueblo.
También me fui de paseo a Killarney, donde me pasé un día entero y visité la iglesia franciscana, la iglesia de Santa María, el castillo de Ross y sus interminables jardines y la 'Killarney house and gardens', que es una mansión antigua ahora hecha museo junto con sus jardines, en los que la gente puede entrar libremente a jugar, sentarse, andar en bici o incluso comer de picnic. Y de paso que estaba por allí, me pasé por varias tiendas de regalos.