Skip to Content

CURIOSIDADES ETIMOLÓGICAS

VENUS

Gea (Tierra), harta de que Urano (Cielo) bajara todas las noches a cubrirla, encargó a su hijo menor, Saturno que le segara los genitales cuando bajara esa noche a yacer con ella. Del semen divino caído al mar se formó una espuma (afrós en griego) de la que nació Afrodita, aunque se suele decir que nace de una concha, como vemos en el cuadro de Sandro Boticelli, y ahí tenemos ya nuestra primera palabra venera. Como ésta se usaba por los peregrinos del camino de Santiago, en Galicia surgió la vieira. Concha se utiliza en  lenguaje coloquial de algunos países de habla hispana para señalar los órganos genitales femeninos. Con una concha se cubre los genitales alguna de las Venus del arte, como la del Museo del Prado que lleva ese nombre, la Venus de la Concha. En el sentido de la diosa de la fecundidad, cuando comenzaron a aparecer estatuillas paleolíticas con los pechos prominentes y las formas femeninas muy marcadas, se les dio el nombre de venus, de las que la más significativa es la de Willendorf, que se encuentra en el Museo de Historia Natural de Viena.

A esta diosa del amor se le daba verdadero culto para conseguir los favores de la amada. Ello dio lugar a venerar, verbo que es equívoco respecto a su etimología. Hay personas dignas de veneración, es decir, venerables. Desde la Edad Media se conoce con el nombre de venerables a los sacerdotes ancianos, y en la iglesia católica se conoce así también a los que en un momento dado se les incoó el proceso de beatificación, pero ha quedado interrumpido o se ha malogrado por falta de pruebas.

De una mujer despampanante decimos que es una venus o que es venusta o venusina; y, ante tanta belleza, algunos hombres caen el venustofobia, temor morboso al encuentro o relación con una mujer muy bella.

Puede haber problemas con una sexualidad muy activa y promiscua, y contraer por ello enfermedades venéreas; o lo contrario, no poder tener relaciones normales por anafrodisia (falta de apetito sexual), por enfermedad o por impotencia senil, y tomar entonces un veneno, es decir, una pócima para poder desarrollar el acto sexual. El rey Fernando el Católico, al morir la reina Isabel, se casó con Germana de Foix, una adolescente de dieciocho años. Como ésta no quedaba embarazada, condición necesaria para que el rey tuviera los derechos dinásticos sobre el reino de Nápoles, una criada de Germana tuvo la idea de proporcionarle un afrodisíaco, preparado con semen de toro como principal ingrediente, que lo llevó a la tumba envenenado, es decir, que aquel “filtro” (palabra procedente del verbo filéo, amar, significa exactamente los mismo) resultó para él un auténtico veneno.

Se dice que la diosa Venus llevaba un cinturón, cestus en latín, que aumentaba su atractivo y la hacía irresistible. Por eso, cuando una mujer tiene mucho éxito en este terreno se dice que lleva el cinturón de Afrodita. Existen unas lombrices de mar de unos treinta centímetros y forma parecida a un cinturón, a las que se denomina cinturón de Venus o “cesto”. También llaman ombligo de Venus a una planta de hojas carnosas y flores amarillas en pequeñas espigas colgantes. En alquimia se conoce como espíritu de Venus al ácido acético. A uno de los planetas se le llama Venus por la belleza de su resplandor y, como cada día de la semana estaba bajo la influencia de un planeta, hubo dies Veneris que dio lugar a nuestro viernes. Cada uno de los planetas se asoció con uno de los metales primarios, correspondiendo el cobre con Venus, por lo que en alquimia venus es sinónimo de cobre.

De la misma raíz de Venus tenemos en latín el verbo venor (“cazar”), de donde nos ha quedado el venado, que propiamente significa “cazado”, aunque con ese término nos referimos actualmente al ciervo; destacamos también venablo o jabalina con que podemos cazar un buen trofeo; y el arte venatoria o de la caza.

Venia es el favor y gracia de los dioses. En el siglo I a.C. Venus se convirtió para Roma en la venia celeste que le aseguraba a la ciudad la grandeza y prosperidad en la historia. Hoy, cuando el abogado pide permiso al juez para hablar, inclina la cabeza levemente mientras dice “con la venia”, por lo que venia ha pasado al lenguaje con el sentido de leve inclinación de cabeza, y venial aquello que puede perdonarse.



story | by Dr. Radut