EL ZAPATERO ILUSTRADO
Un zapatero ateniense contemplaba las pinturas realizadas por Apeles y decidió dirigirse al artista para hacerle una objeción sobre la forma de los zapatos representados. Apeles aceptó la crítica y le agradeció al atento zapatero que hubiera reparado en ello. En vista del éxito, intentó comentar otros elementos de la pintura, pero Apeles, harto del importuno crítico, lo atajó con una frase que se hizo proverbial: “Zapatero, a tus zapatos”.