La IV Encuesta de Convivencia Escolar constata una mejora en el clima en las aulas y casi el 90% consideran que los conflictos son poco frecuentes

El clima de convivencia en las aulas gallegas sigue mejorando. Así se refleja en el informe de resultados de la IV Encuesta de Convivencia Escolar y Hábitos Sociales, elevado hoy al Consello da Xunta, según el que cerca del 90% de los encuestados consideran que los conflictos son poco frecuentes y no representan un problema generalizado. En general, se observa un aumento en todos los colectivos de la percepción en relación con la mejora de la convivencia escolar en comparación con los resultados de años anteriores.

Se trata del mayor estudio que se hace en Galicia en esta materia y tiene una fiabilidad del 99%. El cuestionario se dirigió al profesorado, alumnado a partir de 5º de Primaria hasta Bachillerato y FP, personal no docente y familias. Participaron 172.544 personas y se procesaron 43 millones de datos, el doble de la edición anterior, dado que se sumaron nuevos apartados. Además, por primera vez se incluyeron preguntas para conocer hábitos sociales relacionados con el uso de las nuevas tecnologías, los roles de género o vocaciones, entre otros aspectos. Todos los detalles del informe de diagnosis realizado a partir de la encuesta se presentarán este martes en el Consejo Gallego para la Convivencia Escolar.

En el camino hacia un sistema educativo cada vez más inclusivo, la encuesta de diagnosis de la convivencia 2023 vuelve a incluir un cuestionario pictográfico para facilitar la participación de los escolares que precisan asistencia. Ante la pregunta de cómo se siente en el centro, cerca de un 90% de este alumnado manifiesta sentirse feliz o muy feliz.

Conflictos y espacios

Los principales conflictos de convivencia percibidos por el alumnado son no dejar dar clase (32,4%), faltar a la clase sin causa justificada (31,9%), agredir verbalmente (31%), llegar tarde a la clase (29,2%), decir mentiras sobre alguien (25,3%), poner apodos o reírse de otro (24, 3%) y amenazar o insultar (21,7%).

Entre los conflictos menos habituales están agredir físicamente (12,4%), consumir drogas (alcohol, tabaco... 12,2%), entrar y salir de la clase sin permiso (11,1%), robar dinero o material (10,7%), provocar, ridiculIzar o insultar al profesorado (9,32%), amenazar o insultar usando las TIC (8,8%), acosar o ciberacosar por ordenador o móvil (7,7%), no cumplir las normas de convivencia del centro (3,6%) y observar actos vandálicos con daños en el centro (2,3%).

En cuanto a los espacios y momentos donde se producen los conflictos, para el alumnado de enseñanzas obligatorias el recreo es el momento en el que más se producen, mientras que los estudiantes de mayor edad consideran que los aledaños del centro es el lugar donde tienden a surgir con más frecuencia.

Resolución pacífica

La resolución pacífica de los conflictos constituye un factor de calidad en la educación y un aspecto muy relevante en la mejora de la convivencia escolar y en este apartado hace falta destacar el papel del profesorado tutor. No en vano, la forma más habitual de resolución de conflictos que adopta el alumnado es hablando con la persona tutora individualmente (62,8%), seguida de hablar entre todos (43,4%).

Por su parte, el 88,5% del profesorado consultado manifiesta que suele resolver los conflictos dialogando para intentar llegar a acuerdos o tratando el conflicto entre todos (76,5%). En el caso de las familias, más de un 90% de las familias consultadas afrontan la resolución de conflictos acudiendo al profesorado.

Menos conductas negativas

Además, crece el porcentaje de alumnos que afirma no haber padecido conductas negativas, casi un 73%, frente al 70% de la encuesta anterior. La mejora del clima escolar se da tanto en las enseñanzas postobligatorias, con un 82,7% de chicos que no sintieron este problema, frente al 75,9% de 2021, como en las enseñanzas obligatorias, el 71,3%, frente al 68% de 2021.

Asimismo, aumenta el porcentaje de estudiantes que declara no mantener conductas negativas. De este modo, afirman no tener este patrón de comportamiento el 85,3% de los alumnos (en el 2021 fue más del 80%). El 84,4% de los alumnos de enseñanzas obligatorias dice no cometer conductas contrarias a la convivencia, frente al 83,6% de la encuesta anterior; así como el 89,9% de los de enseñanzas postobrigatorias, seis puntos por encima del 75,9% registrado en 2021 para esta misma pregunta de la encuesta.

Los alumnos que declaran haber padecido estas conductas señalan como las más habituales que se rieron de ellos (8,97%), que los insultaron (8,11%) o que se difundieron rumores sobre ellos (7,8%).

La mayoría de las familias consultadas, el 79%, afirman que sus hijos no participaron en situaciones que puedan afectar negativamente la otras personas ni fueron víctimas dieras comportamientos.

Tolerancia cero

En lo que alcanza a las conductas del alumnado potencialmente positivas para la convivencia, más del 80% respeta al profesorado, atiende a las explicaciones, hace las tareas encomendadas y cumple las normas de convivencia, con una mejora de alrededor de cinco puntos en la respuesta a estas preguntas respeto de la encuesta de 2021.

Además, los resultados de la encuesta demuestran que la gallega es una comunidad educativa muy sensibilizada y concienciada en este ámbito. De hecho, más del 90% del alumnado considera que todo el mundo es bienvenido en el centro y una mayoría importante de la comunidad educativa muestra tolerancia cero con la discriminación y la desigualdad.

Al igual que en las encuestas anteriores, un gran porcentaje de participantes manifiestan un alto nivel de satisfacción con el centro educativo a lo que pertenecen, ítem que mejoró sensiblemente respeto de la encuesta anterior y que supone alrededor del 90% entre el profesorado, el personal de administración y servicios, las familias y el alumnado de 5º y 6º de Primaria. También el 72,6% del alumnado de Educación Secundaria Obligatoria y el 77% del de enseñanzas postobligatorias está satisfecho con su centro.

Nuevas medidas

La encuesta se enmarca en la Estrategia gallega de convivencia escolar 2025, la hoja de ruta para el desarrollo de acciones globales que tienen como objetivo que cada alumno, en cada centro y en todas las etapas educativas, sea quien de desarrollar al máximo posible sus potencialidades en un clima de cooperación, respeto y tolerancia.

La estrategia incluye el Plan integral contra lo acoso y ciberacoso escolar, con el objetivo de la tolerancia cero en este tipo de conductas. Desde su aprobación, la Xunta tiene desenvolvido diferentes medidas, como la limitación de los móviles en las aulas, la instalación en el 100% de los centros educativos de un punto naranja para denunciar anónimamente posibles situaciones y la formación de los Equipos de actuación contra lo acoso escolar constituidos en cada centro.

Además, se trabaja de manera coordinada con la Consellería de Sanidad para apoyar a las víctimas, con un proceso de deriva prioritaria a los servicios de salud mental, tanto para la diagnosis como para la intervención terapéutica y en campañas de sensibilización, diseñadas para llegar especialmente a la juventud.

A mayores, la Consellería de Educación va a seguir desarrollando la estrategia con nuevas medidas, como el refuerzo de las escuelas de madres y padres, a través del impulso de actividades de formación referidas al uso responsable de las TIC y a la enseñanza digital.

Asimismo, se está trabajando en la elaboración de un plan de coeducación para ahondar en el tratamiento de la sensibilización, de la prevención, de la detección precoz y de la intervención ante la violencia contra las mujeres, favoreciendo la eliminación de estereotipos y de la brecha de género en la formación. Asimismo, se mejorarán los sistemas de respuesta educativa ante la diversidad afectivo- sexual y de identidad de género.

Un cuestionario anónimo

En la IV Encuesta de Convivencia Escolar los cuestionarios tuvieron diferentes versiones en función del colectivo de la comunidad educativa a lo que va dirigido y de la etapa educativa del alumnado. Asimismo, en el marco de la apuesta por la inclusión, se incluyó un cuestionario pictográfico para facilitar la participación de todo el alumnado.

Las preguntas fueron sencillas y directas, diseñadas para su respuesta en línea a través de una herramienta informática que permitió la recogida de datos de manera automatizado y totalmente anónimo. Para mantener su fiabilidad, validez, consistencia interna y la trazabilidad de los resultados, se conservó el grueso de las preguntas de la primera y segunda edición. Por primera vez este año se incorpora un bloque específico de preguntas del ámbito de la igualdad, otro relacionado con las tecnologías de la relación, la información y la comunicación, y un tercero sobre orientación vocacional.