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Xuño 2022

Boulevard. La versión de Flor. Libro I

de Flor M. Salvador

      Primeiro título dunha serie que terá continuidade con Después de él, Antes de ella e Eterno.
    Luke  Howland inxeriu ao longo de gran parte da súa vida substancias  toxicas, vivindo baixo as sombras das súas lembranzas. Cando cre estar no límite da súa vida cos seus soños rotos, a moza  Hasley  Weigel aparece para renovar a súa fe nun futuro mellor e deixar atrás todos os pesadelos que o atormentan. Unidas as súas almas nun boulevard de emocións e soños, este tinguiuse de cores agrisadas preparándose para a tormenta. Luke xamais imaxinou que alguén podería amalo tendo aquel desastre de vida. Ela fíxoo, pero non da forma correcta.

Resoplé agotada cuando el profesor de Ciencias Sociales avisó que daba por finalizada la clase de hoy, dejé caer mi lapicero contra la mesa y guardé todo. El anillado de mi libreta se enredó con mi pulsera y puse los ojos en blanco para después tratar de arreglar el pequeño accidente. No tuve tanto éxito, ya que al instante de alejar mi mano me hice un rasguño en la piel.
Hoy estaba quejándome más de lo normal.
Salí del aula, me tocaba Literatura y después con la profesora Kearney. Lo bueno de las clases es que había un pequeño descanso de diez a quince minutos. Mi cuerpo se tropezaba con el de otros y oía cómo varios gruñían, traté de escabullirme de todo el bullicio y, cuando por fin dejé el pasillo principal, me dí cuenta de que alguien me había manchado con algo de kétchupe.
¡Oh, vamos!
Traté de quitar la mancha obteniendo como resultado una más grande.
En realidad, era imposible ser más torpe. Maldije mil veces al aire y empecé a caminar por la parte contraria del pasillo principal, en donde el campo daba a las instalaciones de los edificios de Química.
Mi vista viajó hasta el lado derecho de las gradas por simple curiosidad y confirmé lo que por un segundo pasó por mi mente. El chico del día anterior y el culpable de mi pelea con mi mejor amigo se encontraba ahí. Debía parar mi curiosidad, pero al parecer fue más fuerte que mi cordura porque, en lugar de dirigirme a la clase de Literatura y no darla por perdida, fui hasta donde él se encontraba.
Pensé en muchas excusas para cuando me preguntase por mi presencia, pero, aunque no me funcionaran, no me arrepentía ni un solo segundo de estar acercándome.
-¿No se supone que tú tendrías que estar en clase? -preguntó Luke con el entrecejo fruncido cuando me vio subir.
-Supones bien, pero no tenía ganas de entrar. -Me encogí de hombros.
Luke me miró como si lo que le había dicho fuera lo más extraño del mundo. Él sacó de su bolsillo una cajetilla y a continuación un cigarro para llevárselo a los labios y encenderlo. Se acomodó sobre una de las gradas y estiró sus piernas. El cielo estaba azul y el aire seguía siendo fresco a la temperatura en la que nos encontrábamos.
-Así que, Luke, ¿por qué te gusta fumar? -pregunté, sentándome a su lado, pronunciando su nombre con lentitud mientras lo miraba con cierta incertidumbre.
-¡Vaya! Ya sabes cuál es mi nombre -se rió y dio una calada...
-No me costó mucho trabajo -admití-. Ahora contesta mi pregunta. El me miró vacilante.
-Ya. No esperes que responda a todas tus preguntas, Weigel, pero fumo porque me gusta, me quita el estrés.
Sí, eso es lo que la mayoría de las personas que consumían tabaco solían contestar. Nada fuera de lo común. Nada diferente a lo esperado.
-Hay otras formas, ¿lo sabes? ¿Lo has intentado?
-Sí, y no quiero. -Ladeó la cabeza dándome a entender que eso sería lo último que saldría de su boca.
-Eres un completo irracional -repliqué.
El solo se encogió de hombros. Suspiré pesadamente.
No sería tan fácil averiguar más sobre él, no lo sería para nada. Lo observé por unos segundos, me gustaba cómo vestía. Traía una camisa de cuadros azules y debajo de ella una camiseta negra, la cual llamó mi atención: era un triángulo y en uno de sus lados salía como un arcoíris.
-¿Qué significa? -Mi dedo índice apuntó, él recorrió la dirección y enarcó una ceja de nuevo hacia mí.
-¿No lo sabes? -me preguntó incrédulo, y yo negué apretando mis labios-. Dios, ¿qué eres?
-¿Acaso eso es tan importante? -contraataqué.
-Eso tiene nombre y es una de las mejores bandas que pudo existir. Es Pink Floyd y la imagen es uno de sus álbumes- defendió.
-Recuerdo haber visto algo parecido en …
-¿En una tienda de discos?
-No.
-¿Y?
-Clase de Física- murmuré.
-¿Ley de Snell?
-Supongo. ¿Dispersión de la luz?
-Ya- asintió -. Pero mi camisa representa un álbum de ellos.
-Ellos. ¿Ya se separaron?
-¿Qué te pasa?- Él parpadeó un par de veces y me miró durante varios segundos-. No puedes hablarme en serio.
-Al menos puedes intentar decirme qué música tocan, tal vez podría escucharlos y … -No pude terminar porque él me interrumpió.
-No es Michael Bublé. -Luke torció los labios.
-¡Michael Bublé es bueno! -defendí, chillando con el entrecejo fruncido.
-Para temporadas navideñas- dijo vacilante. Yo abrí la boca, ofendida.
-Ahora estoy indignada- dije y miré hacia el frente. Mi mente pensaba rápido y lo volví a mirar confundida-. ¿Cómo sabes que me gusta?

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