Esta é a portada do caderno que o poeta fixo a man no cárcere de Alicante, con dous dos contos que escribiu: "El potro oscuro" e "El conejito". Escribiunos e encadernounos como regalo para o seu fillo Manuel Miguel, ao que lle gustaba chamar Manolillo. No cárcere entregoullos á súa muller, Josefina Manresa, que os conservou na intimidade familiar sen publicalos mentres viviron ela e o seu fillo.
EL POTRO OBSCURO
Una vez había un potro obscuro. Su nombre era Potro Obscuro. Siempre se llevaba los niños y las niñas a la gran ciudad del Sueño. Se los llevaba todas las noches. Todos los niños y las niñas querían montar sobre el Potro Obscuro.
Una noche encontró a un niño. El niño dijo:
Llévame, caballo pequeño, a la gran ciudad del sueño!
-¡Monta! -dijo el Potro-Obscuro. Montó el niño y fueron galopando, galopando, galopando.
Pronto encontraron en el camino a una niña. La niña dijo: Llévame, caballo pequeño, a la gran ciudad del sueño.
-Monta a mi lado -dijo el niño.
Montó la niña y fueron galopando, galopando, galopando.
Pronto encontraron en el camino un perro blanco.
El perro blanco dijo:
-Guado, guado, guaguado! A la gran ciudad del sueño quiero ir montado!
-Monta! –dijeron los niños.
Montó el perro blanco y fueron galopando, galopando, galopando.
Pronto encontraron en el camino una gatita negra.
La gatita dijo:
Miaumido, miaumido, miaumido! A la gran ciudad del sueño quiero ir que ya a obscurecido!
-Monta! –dijeron los niños y el perro blanco.
Montó la gatita negra, y fueron galopando, galopando, galopando.
Pronto encontraron en el camino una ardilla gris.
La ardilla gris dijo:
Llevenme ustedes, por favor, a la gran ciudad del sueño donde no hay pena ni dolor!
-Monta! –dijeron los niños, el perro blanco, y la gatita negra.
Montó la ardilla gris y fueron galopando, galopando, galopando.
Galopando y galopando, hicieron leguas y leguas de camino.
Todos eran muy felices. Todos cantaban, y cantaban y cantaban.
El niño dijo:
-Deprisa, deprisa, Potro-Obscuro! Ve más deprisa! –pero el Potro Obscuro no podía ir deprisa. El potro obscuro iba despacio, despacio, despacio.
Había llegado a la gran ciudad del sueño.
Los niños, el perro blanco, la gatita negra y la ardilla gris estaban dormidos. Todos estaban dormidos al llegar el Potro obscuro a la Gran Ciudad del Sueño.