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EL PERDÓN

Estaba ahí perdida, paralizada, incómoda y super nerviosa. Él paseaba de un lado para otro como un pavo a punto de enseñar sus mejores colores, yo quería estar en otro sitio, con otra gente, alguien que me regalase un motivo para reír y relajar mis músculos en tensión. Él dijo hola mirándome sin verme en absoluto y yo respondí por cortesía y por no molestar a mi acompañante. Me sirvió un vino que bebí sin ganas ni gusto alguno. Él intentaba llamar mi atención, yo solo quería salír de allí, aquél ya no era mi lugar. Entonces lo vi ,lo víicon los ojos de la razón, un pavo demasiado viejo para mi paladar, con una cola de colores desteñidos y desentonados, pavoneándose delante de todas las “pavitas” y yo allí sentada con mi acompañante del planeta Marte, conectado como siempre en su mundo, pensé en lo estúpido y sin sentido que era todo aquello. Teatro, puro teatro la comedia de mi vida y yo allí clavada.

Entonces comprendí lo penoso de la situación, salí de allí completamente curada y desintoxicada. Dejé en su copa marcado un beso silencioso de mi perdón. No puedo vivir con rencor a ser tan pobre de espíritu, un perro viejo, un lobo amariconado, un gallo en desuso, un pobre tonto equivocado.

Mano Figueira.



story | by Dr. Radut