Hemos estudiado los diferentes tipos de fuerzas, los esfuerzos que estas fuerzas producen sobre las estructuras y la forma en que las estructuras trabajan para resistir. Pero, ¿Qué ocurre con los esfuerzos que sufren las estructuras? ¿Quién termina llevándose todos los esfuerzos que soportan las estructuras y por tanto resistiendo todas las fuerzas y los momentos de las mismas? La respuesta es: EL SUELO.

El suelo es nuestro sufrido aliado. Las estructuras son un mero transmisor de las fuerzas desde el lugar donde se originan hasta que llegan al suelo. Esto es casi siempre así, son muy pocos los casos en los que las estructuras no terminan descargando sus pesadas cargas en el sufrido suelo. Por ejemplo un caso en el que esto no ocurre son los aviones, pero salvo estas excepciones, será fundamental que la transmisión de los esfuerzos de la estructura al suelo se haga de la mejor manera posible. Para realizar esta función tan importante de las estructuras en la mayoría de los casos se usa las Cimentaciones, que serán la parte de la estructura encargada de transmitir las fuerzas al suelo repartiéndolas de la mejor manera posible.

¿Recuerdas cuando estudiábamos el momento que producen las fuerzas y para ello levantábamos una silla? Por extraño que parezca, quien realmente terminaba soportando el peso de la silla era el suelo que se encontraba a nuestros pies. Nuestro brazo y el resto de músculos y huesos de nuestro cuerpo, mediante los esfuerzos de tracción, compresión y flexión, realizaban la función de transmisores del peso de la silla hasta nuestros pies y estos finalmente al suelo.

Como puedes imaginar, no todos los suelos tienen la misma capacidad de absorber las fuerzas que les transmiten las estructuras y por tanto será muy importante que las cimentaciones se adapten al tipo de terreno en el que la estructura está construida.

En las imágenes se presentan algunos tipos de cimentaciones adaptadas a diferentes tipos de suelos.
CIMENTACION
Última modificación: miércoles, 8 de julio de 2015, 09:58