TEMA 10 - LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

INTRODUCCIÓN

La larga crisis del sistema canovista se resolvió de forma inesperada mediante el golpe de Estado de Primo de Rivera, aceptado por el monarca. El golpe se transformó en una dictadura que fomentó el desarrollo económico y mantuvo la paz social, a cambio de suspender la Constitución, prohibir la actividad política y controlar la prensa. El intento final de establecer un Estado corporativista apoyado por un partido único fracasó, y España volvió a encontrarse con los mismos dilemas que antes del golpe militar. La dictadura de Primo de Rivera es un régimen autoritario y militar que pretende solucionar los graves problemas de España desde la órbita del regeneracionismo militar. El mismo se presentaba como un cirujano de hierro para un "máximo 90 días". La crisis de la Restauración empieza con la generación del 98, cuando una ola de regeneracionismo invade toda España, y se va a continuar en las crisis de 1909, 1917 y 1921. La dictadura de Primo de Rivera va a tener una gran significación, pues va a servir de laboratorio o precedente de la dictadura de Franco. Muchos de los principios adoptados por Primo van a ser utilizados por Franco, al mismo tiempo que va a aprender de sus errores.

1- LAS CAUSAS DEL GOLPE DE ESTADO

 En el verano de 1923 los rumores sobre un golpe de Estado estaban a la orden del día, y la prensa venía denunciando las actividades conspirativas del ejército. Las circunstancias que llevaron a la Dictadura son de diverso orden:

  1. Las consecuencias de Annual: los 13.000 muertos y la humillación militar recibida pesaban como una losa sobre los militares y sobre la opinión pública. La derrota provocó dos movimientos opuestos:

Ø En el Ejército, de exigencia de un cambio de timón político, a través de presupuestos de guerra y medios más cuantiosos que permitieran responder militarmente y vengar la humillación sufrida;

Ø En la opinión pública, de indignación y oposición a la continuidad de la guerra, al tiempo que de exigencia de responsabilidades a los culpables. Ante la negativa del Gobierno a aumentar los gastos para financiar un desembarco, varios jefes militares se sumaron al golpe, entre ellos los africanistas, partidarios de llevar la guerra hasta el final.

  1. Por otro lado, la instrucción del expediente Picasso(intento de buscar responsabilidades políticas por la derrota española en Annual valorando la eficacia de los militares africanistas, el informe debía de entregarse en 1923 pero la llegada de la dictadura lo impidió) provocó fuer­tes fricciones en las Cortes y en el estamento militar; que no quería que siguiera adelante el asunto, puesto que se derivaban responsabilidades del Alto Comisario, general Berenguer; y la izquierda acusaba al propio Rey por instigar imprudentemente a Silvestre. Además la disolución de las Juntas de Defensa en 1922 contribuyó a soliviantar los cuarteles.
  2. El auge de los nacionalismos en Cataluña y el País Vasco era visto con recelo por los grupos más derechistas. En realidad, la posición de la Lliga y del PNV (este último aún demasiado débil) no era nada radical; Cambó había participado en varios gobiernos, Y Su grupo sólo pedía el mantenimiento de la Mancomunidad catalana y, un aumento de sus competencias. Pero para ciertos sectores de opinión era una amenaza a la unidad de la Patria», y el surgimiento de grupos más radicales, como Acció Catalana, escindida de la Lliga en 1921, contribuyó a aumentar su alarma.
  3. La división de los partidos conservador y liberal y el ascenso de socialistas y republicanos alarmaba a la oligarquía y a los militares conservadores. Además, en 1921 había sido fundado, como una esci­sión de las Juventudes Socialistas, el Partido Comunista de España (PCE).
  4. La situación del orden público también asustaba a las clases dirigentes, pese a que había mejorado algo en 1922 y 1923. Un gobier­no autoritario podía ser el freno definitivo a la protesta social y al auge del movimiento obrero.
  5. La opinión pública, desengañada del régimen y exasperada por la corrupción política, el alza de precios y la cuestión marroquí, presio­naba en el mismo sentido. la prensa de izquierdas y de derechas coin­cidía en una crítica permanente al Gobierno y a los partidos del turno. la posibilidad de un «hombre de hierro» que pusiera «orden» y prac­ticara una «política quirúrgica» para acabar con las lacras de la Restauración (propuesta, por otra parte, que hundía sus raíces en el regeneracionismo), comenzó a ganar adeptos.   Alfonso XIII
  6. Por último, hay que señalar dos factores añadidos.

Ø En primer lugar; el apoyo del Rey. La mayor parte de los testimonios coinciden en que Alfonso XIII valoró, en el verano de 1923, la posibilidad de un gobierno militar; llegó a consultárselo a Maura, que lo desaconsejó. Lo que no está tan claro es que alentara la conspiración. Pero sí es evi­dente que, al menos, colaboró con el golpe al no oponerse al mismo y contribuir, con su lenta reacción, a afianzar el pronunciamiento. Es cierto que hubiera sido difícil resistir, pero su apoyo explícito al Dictador en las horas clave del golpe ligó para siempre el futuro de la Monarquía al de la misma Dictadura.

Ø El otro factor significativo era el contexto internacional. la violen­ta crisis económica, el trauma generado por la Gran Guerra y, sobre todo, el triunfo de la revolución y el establecimiento del comunismo en Rusia en 1917, alentaba los movimientos radicales y militaristas. En 1923 se había producido ya la marcha Sobre Roma y la instauración de un gobierno fascista en Italia, mientras que en Centroeuropa predo­minaban los gobiernos autoritarios y retrocedían las democracias. Resulta significativo que el golpe de Primo de Rivera coincida en el tiempo con el ascenso de Mussolini, la invasión francesa del Ruhr y el fracasado intento golpista de Hitler, ya líder del Partido Nacionalsocialista alemán, en Múnich, en octubre de 1923. De hecho, cuando en 1924 Alfonso XIII viaje a Roma acompañado por Primo de Rivera, pre­sentará al Dictador como «mi Mussolini».

2- EL GOLPE DE 1923 Y LA FORMACIÓN DEL DIRECTORIO MILITAR

La conspiración se fue fraguando desde las elecciones de la primavera. En junio, un grupo de generales, y entre ellos varios africanistas, llegaron al acuerdo de preparar un golpe e instaurar un «Gobierno fuerte». Tras intentar primero el apoyo del Rey, Optaron por Organizarse sin él, y en los primeros días de septiembre acordaron que fuera Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, quien lo dirigiera. Popular entre la burguesía y la patronal catalana por su talante duro contra los anarquistas. Mediante un telegrama se pronunció contra la constitución, declaró el estado de guerra y exigió que el poder pasase a los militares. Tras unas horas de vacilaciones, Alfonso XIII le encomendó la formación de un nuevo gobierno. Este apoyo tácito, que continuó durante los siete años que duró la dictadura, le iba costar muy caro a Alfonso XIII, Con el golpe de estado de Primo de Rivera se ponía fin al sistema de la Restauración; al pactismo y a la monarquía constitucional. Primo de Rivera se sublevó el 12 de septiembre contra el Gobierno. Pese a la Oposición y el intento de reacción de éste, el golpe triunfó gracias al silencio, primero, y al apoyo, más tarde.

 El nuevo régimen militar se presentó al País, a través de un Ma­nifiesto, como un proyecto de regeneración, un «paréntesis de curación» de los males del país. Se trataba de corregir los defectos del sistema político y de eliminar el caciquismo, no de terminar con el sistema parlamentario. Sin embargo, las Primeras medidas adoptadas se limitaron a implan­tar una Dictadura férrea en la que el Ejército asumía un papel casi de monopolio de todos los resor­tes del poder. Ya el mismo día 15 el Rey aceptó la propuesta de nom­brar ministro único al general Primo de Rivera, a quien asistiría, a titu­lo consultivo, un Directorio Militar compuesto exclusivamente por jefes del Ejército. Era, por tanto, una Dictadura de índole claramente personalista.

 Para solucionar los problemas que llevaron a la crisis Primo formó un directorio militar con él como presidente y ministro único. Sus primeras medidas, basadas en el regeneracionismo militar fueron dirigidas a : terminar con la oligarquía (le quitó el poder a los partidos dinásticos y creó un partido único; la Unión Patriótica),acabar con los caciques (elaboró un Estatuto Municipal y otro provincial, poniendo a militares al frente de los gobiernos civiles, en la práctica creó nuevos caciques) solucionar el problema del orden público (declaro el estado de guerra en todo el territorio, pactó con la UGT y reprimió duramente al PCE y a los anarquistas) y, sobre todo, arreglar el problema de Marruecos (hecho que lo consiguió con la ayuda francesa y el desembarco de Alhucemas). Al mismo tiempo, prohibió cualquier tipo de manifestación o institución de los nacionalismos periféricos. Además tomó otras medidas:

Ø Cambió a la mayor parte de los altos cargos de la Administración por mandos militares o por funcionarios de segunda fila que fueran adictos al golpe.

Ø Además, decretó la suspensión de las garantías constitucionales sobre tiempo de deten­ción, mandamiento judicial previo, libertad de domicilio, asociación, reunión y expresión.

Ø Otro decreto disolvió el Congreso y la parte elec­tiva del Senado: el poder legislativo quedaba eliminado.

Ø Por último se estableció una férrea censura de prensa, con instrucciones termi­nantes a las autoridades para suprimir cualquier alusión critica a la Dictadura y filtrar cualquier información no oficial sobre la guerra de Marruecos.

 Hasta el mes de diciembre, el dictador contó, pese a la dureza de las decisiones tomadas, con bastante respaldo popular y con el silen­cio expectante de los partidos de la Oposición. Pero en enero de 1924 comenzó un proceso de institucionalización del régimen, que se prolongará hasta diciembre de 1925, en la etapa que se conoce como de la del Directorio Militar.

 La acción política de aquellos dos años se encaminó a acabar con los viejos partidos de la Restauración y el régimen parlamentario. Sin embargo, la Dictadura no tocó la base real del sistema: la oligarquía de terratenientes e industriales, que siguió dominando la vida económica y social, y que se aprovechó del control que ejercía el Dictador y de la ola de prosperidad económica de los años veinte para aumentar su for­tuna y afianzar o su poderío financiero.

 La acción de la Dictadura fue contradictoria. Tras cesar a todos los concejales del país, sustituidos por «vocales asociados», la reforma de la Administración local se concretó en el Estatuto Municipal de 1924. Obra directa de José Calvo Sotelo, buscaba, por un lado, una mayor autonomía económica de los municipios que les permitiera tomar iniciativas e impulsar la vida local, y, por otro, acabar con el caciquismo. En la práctica, sin embargo, la autonomía quedó muy recortada, al darse a los gobernadores excesivas competencias y establecer un modelo intervencionista y paternalista. Tampoco se acabó con el caci­quismo, al no llegar a desarrollarse el sistema electoral democrático que preveía el Estatuto. Sin embargo, sí se produjeron algunos avan­ces: durante aquellos años se realizaron inversiones en riegos, alcantarillado, obras públicas, dotaciones escolares y sanitarias, logros del régimen que fueron posibles, en gran parte, por la prosperidad eco­nómica.

 Los gobernadores continuaron nombrando alcaldes y diputados provinciales, lo que, unido a las competencias ejecutivas y a la coordi­nación de los servicios ministeriales, no hizo sino aumentar la ten­dencia a la centralización y al control férreo del Estado. Por otro lado, para reforzar a las fuerzas de orden público e “impulsar el espíritu cívico”, Primo de Rivera quiso extender la institución catalana del Somatén a todo el país. Se trataba de crear un cuerpo armado auxiliar v contrarrevolucionario adicto al régimen, a imitación del modelo italiano tan del gusto del dictador y protegido por la Ley de Jurisdicciones. Sin embargo, fuera de Cataluña, apenas llegó a tener implantación. Eliminada la actuación de los partidos y suspendidas las Cortes, era necesario crear un instrumento que sirviera a la vez para nutrir de cuadros locales y nacionales a la Dictadura, y para apoyar al nuevo régimen. Primo de Rivera decidió en abril de 1924 unificar desde arri­ba las distintas Uniones Patrióticas que habían surgido después del golpe en los círculos católicos y conservadores, especialmente la Asociación Católica Nacional de Propagandistas de Ángel Herrera. El nuevo partido único, la Unión Patriótica, bajo la dirección de un militar; se fue organizando a partir de entonces, y en 1926 de él saldrían los miembros de la Asamblea Nacional que intentaría dar una nueva Constitución a la Monarquía.

¨ El problema regionalista fue uno de los grandes fracasos de la Dictadura. Pese al apoyo recibido por la burguesía catalana en el momento del golpe, el general demostró rápidamente que, en su ideología, regionalismo y separatismo eran sinónimos. En las primeras semanas, Primo de Rivera prohibió el uso de la bandera catalana y su himno nacional, Els segadors, y restringió el uso del catalán al ámbito privado. La Mancomunidad fue languideciendo al tiempo que los polí­ticos catalanes retiraban su apoyo al dictador. Durante todo el periodo se reprimieron las manifestaciones culturales y políticas del catalanis­mo, lo que empujó a muchos regionalistas a apoyar a la República, bajo el liderazgo del hasta entonces minoritario Estat Catalá de Francesc Maciá.

¨ El orden público fue otra de las obsesiones de Primo de Rivera, para quien el movimiento obrero, las acciones anarquistas y la delin­cuencia eran una misma cosa. Se dictaron instrucciones termi­nantes a los gobiernos civiles para reprimir cualquier tipo de mani­festación o protesta, al tiempo que se establecía una rígida censura de prensa. Tras una etapa inicial en la que se produjeron algunas ejecuciones y encarcelamientos, las protestas desaparecieron.

¨ Sin duda, el gran éxito del Directorio militar fue terminar con La Guerra de Marruecos. Curiosamente, Primo de Rivera era al principio partidario de aban­donar la guerra y negociar; por eso en 1924 disminuyó los efecti­vos y se retiró de Yebala y Xauén, al tiempo que dictaba una amnistía que terminó de raíz con el problema de las responsabilidades. Pero su posición provocó una reacción airada y hostil de los africanistas, encabezados por los generales Sanjurjo y Queipo de Llano y por los jefes del Tercio, Millán Astray y Franco. En una visita del Dictador a Marruecos, algunos oficiales llegaron casi a la insubordinación. Primo de Rivera tuvo que rectificar y presentar la retirada como un «repliegue táctico». Fue el avance de Abd-el-Krim, creyendo derrotadas las tropas españolas, el que provocó el giro de la situación. En abril de 1925. al penetrar el jefe rifeño en la zona de protectorado de los franceses, éstos propusieron una operación conjunta. Rápidamente se acordó un desembarco en la retaguardia marroquí, que tuvo lugar en la bahía de Alhucemas el 8 de septiembre de 1925. la operación permitió romper en dos la zona controlada por los marroquíes, cuyo frente se desmoronó. A mediados de 1926 Abd-el-Krim se entregó a los franceses. W guerra había terminado.  La victoria en Marruecos colocó a Primo de Rivera en la cumbre de su prestigio: le reconcilió con los militares africanistas, elevó su popularidad y le permitió renovar el apoyo de la oligarquía, que podía volver a invertir con tranquilidad en el Protectorado.

 3-EL DIRECTORIO CIVIL (1925/1930)

 En diciembre de 1925, cuando ya eran claros los resultados positivos de la Guerra de Marruecos con el desembarco de Alhucemas, Primo de Rivera propuso al Rey la sus­titución del Directorio Militar por un Gobierno civil. Con los éxitos económicos y políticos, sobre todo la pacificación de Marruecos, Primo intentó la institucionalización de su régimen. Creo un directorio civil (gobierno mitad militares, mitad civiles), una asamblea consultiva (para crear una especie de Constitución) y apoyándose en la Unión Patriótica. En el nuevo Gobierno permanecía un militar; Martínez Ahido, en Gobernación. ocupaban las principales carteras Calvo Sotelo, en Hacienda, el conde de Guadalhorce en Fomento y Eduardo Aunós en Trabajo. El Ejército volvía a los cuarteles, aunque permanecían suspendidas la Constitución y las libertades. El proceso de institucionalización de la Dictadura se realizó mediante la formación de una Asamblea Nacional Consultiva, convocada en 1927, pese las reticencias del propio Rey. Constituida por 400 miembros elegidos mediante sufragio restringido por municipios, provincias, Iglesia, Ejército, sectores de la cultura, intereses económicos. etc., se le encargó la elaboración de una nueva Constitución. Tras un año largo de trabajos, el “Proyecto constitucional de 1929” no satisfizo a nadie. Organizaba un Estado sin soberanía nacional ni división de poderes, con una Cámara única, la mitad de cuyos miembros era nom­brada por la Corona, y en el que se otorgaba al Rey una enorme capa­cidad legislativa y ejecutiva, hasta el punto de que el propio Primo de Rivera se opuso al texto. Al final, tanto la Asamblea Nacional como la Unión Patriótica demostraron ser un fracaso: ni obtuvieron respaldo popular ni eran una alternativa viable a la Dictadura. De hecho, si ésta subsistió hasta 1930, las causas hay que buscarlas, aparte de en la victoria militar en Marruecos, en la prosperidad de la segunda mitad de la década, un periodo de especial bonanza en la economía mundial, que permitió en España un crecimiento importante. El Gobierno aprovechó ese clima para realizar una política de inter­vención de carácter populista, pero sin proponerse en ningún momen­to cambios de fondo en la estructura de la propiedad ni en la situación social de la producción. Las inversiones en carreteras y obras hidráu­licas son buena muestra de esa política, como lo fue el enorme creci­miento de la deuda, que deberían gestionar, años después, los gobier­nos republicanos.

4- POLÍTICA ECONÓMICA Y LABORAL

 En ambos aspectos consiguió éxitos notables; el crecimiento económico fue espectacular y los conflictos laborales remitieron de forma importante hasta 1929, cuando la dictadura estaba terminando Otro aspecto destacado de la acción de la Dictadura fue la política social. La pacificación social y la disminución de los conflictos laborales la llevó a cabo intercalando la represión con la negociación y la concepción paternalista. Las opciones radicales del movimiento obrero (PCE y CNT fueron reprimidos duramente).Aparecieron los sindicatos verticales o asociaciones corporativas, inspiradas en la doctrina social de la Iglesia, compuesta por sindicatos y patronos que debían solucionar sus conflictos consensuadamente o con la intervención del gobierno que fue muy importante. Estos comités paritarios fueron, en parte, responsables de la paz social. El protagonismo de la UGT aumentó considerablemente consiguiendo algunos logros sociales como la extensión de la Seguridad Social, el seguro de maternidad, el subsidio a familias numerosas y apareciendo como la representante de la clase obreraA la creación del Consejo Nacional del Trabajo en 1924, se Sumó, con Eduardo Aunós en el Ministerio de Trabajo, una legislación corta, paternalista pero positiva, que intentaba suplir la promovida en los años anteriores por el Instituto de Reformas Sociales. Así, el Código de Trabajo de 1926, que regulaba los contratos, los tribunales labora­les y los accidentes; el subsidio de familias numerosas, del mismo año: el seguro de maternidad, en 1929; y el apoyo a los emigrantes. En 1926 se creó la Organización Corporativa del Trabajo (OCT), una orga­nización mixta para regular los problemas laborales. Se orga­nizaba en Comités Paritarios, en cada uno de los cuales el número de obreros y de patronos era idéntico. Era una imitación del modelo cor­porativo italiano, dirigido por el Estado, y que suscitó críticas tanto desde la derecha, que veía una hegemonía socialista, como desde la izquierda, que denunciaba a la OCT como un instrumento que impedía el desarrollo del sindicalismo. Pero la OCT funcionó, en parte por la estabilidad económica, que permitió atenuar los conflictos y huelgas; en parte por la propia repre­sión, que no permitía enfrentamientos; y también por el cansancio y desgaste que los duros años entre 1919 y 1923 habían provocado en la clase obrera. Como veremos, la propia UGT llegó a colaborar con la OCT, permitiendo que Largo Caballero entrara en el Consejo Nacional del Trabajo. El anarquismo permaneció debilitado por las luchas internas, y el pequeño Partido Comunista aún no podía inquietar al régimen.

La dictadura va a potenciar el desarrollo económico, su modelo económico se le ha denominado nacionalismo económico Durante la dictadura España conoció otro periodo de crecimiento económico, produciéndose un aumento importante de las infraestructuras y un crecimiento industrial en siderurgia-metalurgia, cementos-construcción y energía eléctrica. Este crecimiento económico se basó en la buena coyuntura internacional (felices años veinte) y en el alto grado de intervencionismo estatal (propio de los regímenes dictatoriales), elevó las tarifas arancelarias (arancel de 1924), controlan la producción a través del Consejo Económico y Social, fomentan la producción con concesiones de prestamos y encargos del Estado y los apoyos a la iniciativa privada, creó monopolios como el de Campsa(única distribuidora de crudos) Telefónica o tabacalera y, sobre todo, realizó una profunda labor en obras públicas , creando carreteras, ferrocarriles, pantanos... La contrapartida de esta política fue el aumento de la inflación y del déficit público.

5- LA OPOSICIÓN A LA DICTADURA Y LA CAIDA DE PRIMO DE RIVERA

 Desde 1927, el fracaso de la Dictadura a la hora de renovarse, junto a la irritación de los grupos de oposición por el inmovilismo y el intento de perpetuarse en el poder, así como el desgaste de la monarquía, provocaron movilizaciones.La oposición al ré­gimen abarcó un amplio espectro político: 

* En primer lugar, parte de los políticos de la Restauración colaborar con Primo de Rivera y exigió a Alfonso XIII el res­tablecimiento de la Constitución y la convocatoria de elecciones. Poco a poco, ante la negativa del Rey, se fueron alejando de el, unos se convirtieron en republicanos; otros, como Calvo Sotelo, apoyaron y partici­paron en los gobiernos de Primo de Rivera. En 1926 fundó la Alianza Republicana, que agrupó unos 100.000 afiliados, iniciando una movilización lenta pero creciente en los años siguientes.  

* También el Ejército, pasada la eufo­ria por la victoria marroquí. Rivalidades personales; arbitrariedades de Primo de Rivera en los ascensos; diversos incidentes, como la sanjua­nada de 1926, que enfrentó al Arma de Artillería con el régimen; y la oposición de los sectores más liberales del Ejército, con Queipo de Llano y los viejos generales Weyler y Aguilera al frente, todo ello vino a agriar el ambiente en los cuarteles. En 1929 y 1930 eran muchos los oficiales partidarios de conspirar contra Primo de Rivera.

* Igualmente creció la oposición entre los intelectuales. Aunque algunos de ellos, como Ramiro de Maeztu o Eugenio d'Ors, apoyaron la Dictadura, la mayoría se opuso, y algunos, como Unamuno, Marañón o Jiménez de Asúa, lo hicieron de manera combativa. Ortega y Gasset, que al principio pensó que el mensaje de Primo de Rivera era válido posteriormente, se opuso.

* En cuanto a la izquierda obrera (socialistas y anarquistas), ya vimos cómo pasó del descon­cierto inicial a una fase de conformismo. A partir de 1927, sin embar­go, volvió a movilizarse y a iniciar una clara oposición, especialmente desde 1929, cuando la crisis económica sacudió de nuevo al país.

* También se oponen estudiantes.

La caída de la Dictadura se precipito, la propuesta de Constitución de la Asamblea Nacional generó un rechazo total en el País. Se sucedieron una serie de problemas:

¨ En febrero de 1929 un intento de sublevación militar fracasado demostró, además, lo extendido que estaba el descontento en el Ejército. Primo de Rivera decidió disolver el Arma de Artillería, generando aún mayor irritación.

¨ Desde marzo se sucedieron las manifestaciones y alborotos en la Universidad, protagonizados por los estudiantes organizados en la Federación Universitaria Española( FUE) Uno de los frentes mas graves que tuvo abiertos la Dictadura a partir de 1927 fue el universitario).El Gobierno respondió cerrando la Universidad de Madrid y deteniendo al líder estudiantil Sbert, lo que hizo aumentar una movilización a la que se sumaron intelectuales como Ortega, Jiménez de Asúa o Menéndez Pidal, que abandonaron sus cátedras y declararon su apoyo a la FUE.

¨ En el otoño se desencadenó el desplome financiero internacional a raíz del crack de Wall Street. A las manifestaciones estudiantiles se sumó una oleada de huelgas provocada por el hundimiento de la peseta, la crisis financiera y la inflación. Industriales y financieros criticaban irritados la política gubernamental.

Primo de Rivera, cansado, enfermo de diabetes, presionado por el Ejército y una oligarquía descontenta, incapaz de dominar la calle, intentó por última vez conseguir el apoyo de la Corona. Pero Alfonso XIII aplazó su respuesta, consciente de que ya no podía respaldarle. El 27 de enero de 1930 el Dictador presentó su dimisión al Rey, cuando éste ya realizaba gestiones para sustituirle. Tras despedirse del país con un nuevo Manifiesto, se exilió en París, donde murió pocas semanas más tarde.

6- CAÍDA DE LA MONARQUÍA 1930/1931

Cada vez hay una mayor identificación entre dictadura y monarquía. Ante la pérdida de todos sus apoyos Primo dimitió en Enero de 1930 y Alfonso XIII nombró al general Berenguer para que hiciera la transición a la monarquía constitucional; el cambio fue tan lento que la oposición denominó a esta etapa "la Dictablanda". Ante el descontento general Berenguer dimite y el rey nombra al almirante Aznar, con el compromiso de convocar elecciones empezando por las municipales.En este contexto se crean nuevos partidos políticos (Derecha Republicana, Ezquerra republicana, ORGA, Agrupación al Servicio de la República) y los republicanos, los catalanistas de izquierdas y el PSOE firmaron el pacto de San Sebastián por el que se comprometían a derribar a la monarquía y forma un gobierno provisional en la futura segunda república. Aznar convocaría el 12 de abril unas elecciones municipales y posteriormente unas generales. Las elecciones municipales del 12 de Abril de 1931 se convirtieron en un plebiscito nacional contra la monarquía. El triunfo de los republicanos en las grandes ciudades hizo estallar el júbilo popular y la renuncia de Alfonso XIII Empezaba su andadura la SEGUNDA REPÚBLICA.ç

7- CONCLUSIONES

La dictadura de Primo de Rivera fue un periodo muy importante en la historia de España y, no sólo, porque iba a ser el precedente y el laboratorio de experimentos que después consolidaría Franco. Primo de Rivera consiguió bastante éxitos como el crecimiento económico, la pacificación social y poner fin al conflicto de Marruecos, pero también puso fin al intento de un sistema democrático puro que superará el turnismo de los partidos dinásticos y el sistema pseudo democrático de la Restauración. Por otra parte, con el pronunciamiento militar sentó un precedente que se iba a repetir con mucha frecuencia en los años posteriores (Durante la dictadura, al terminar ésta los tenientes Fermín y Galán, la llegada de la República y durante la República - Sanjurjo y Franco-). La Dictadura fue como un retorno a la política del siglo XIX donde el protagonismo político recayó en el ejército. Además de este renacido prestigio de la violencia y el menosprecio por las urnas, el golpe de Primo de Rivera cerró todo camino para encontrar dentro de la monarquía constitucional, según Santos Juliá, la solución a los problemas que plantean los diferentes movimientos; obrero, republicano, reformista, catalanista, militar... después de la triple crisis de 1917. En lugar de una reforma de la Constitución, España se encontró de pronto sin Constitución. Otra vez a empezar de nuevo; pero ahora desde la República.

Última modificación: martes, 13 de setembro de 2016, 11:39