Lectura digital y lectura impresa en el siglo XXI

Finalmente, el hallazgo principal consistió en que solamente 3 estudiantes de los 3.000 muestreados llegaron a la conclusión correcta. Más que culpar a los estudiantes por su incapacidad, dice Wineburg, hacia donde deberíamos dirigirnos es a las técnicas de lectura empleadas, que deberían diferir de las de la lectura impresa cuando se trata de enfrentarse a los medios digitales. Lo que sería necesario cambiar no es solo la información a la que llegan, sino el modo en que piensan sobre ella.