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No podemos terminar el curso sin tener un recuerdo especial paras nuestra compañera Toñi. Los que compartimos con ella estos últimos años en el instituto de Barro, la recordamos como una persona completamente entregada a sus clases y a sus alumnos, de gran sensatez, y absoluta lealtad hacia sus compañeros y superiores. De convicciones profundas, supo trasladarlas a su quehacer diario. Fue siempre cordial, aún en la discrepancia, y no quiso perder la sonrisa incluso en los peores momentos de lucha contra la enfermedad. Nos dio ejemplo a todos con sus ganas de seguir enseñando matemáticas en estos últimos meses de su vida. Lo cierto es que nunca se rindió. Que Toñi descanse en paz allí donde se encuentra, y nos guarde a los que quedamos aquí manteniendo su recuerdo siempre vivo.
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